La tecnología: el elixir de la eterna juventud

Se dice que no se ha descubierto todavía el elixir de la eterna juventud, pero sin embargo existen varios expertos en el tema, entre ellos el gerontólogo Aubrey de Grey, que afirman que el humano que rozará “la inmortalidad” es probable que nazca dentro de 20 años. Aunque de Grey lo achaca al avance en el campo de la medicina -nuevas herramientas que ayudarán favorablemente a los médicos- algunos otros especialistas, como Richard Seymour, hablan de avances en la tecnología.

Está claro que la tecnología y los wearables son el futuro, aunque ahora mismo no estemos del todo acostumbrados a llevarlos como “una prenda más”, llegará el día en que serán parte de nosotros. Los wearables nos ayudarán en innumerables campos, pero también nos ayudarán a vivir mucho más; está claro que no sólo viviremos más por estos dispositivos vestibles, los avances en medicina serán tales que perder a alguien en un quirófano será casi imposible. Pero estos avances médicos, esas herramientas de las que habla Aubrey de Grey, son tecnología al fin y al cabo, tecnología que les ayudará a ser más rápidos, más eficaces, más Dioses.

Ya existen una gran cantidad de wearables que nos ayudan a estar más atentos a nuestra salud: pulseras inteligentes (miden el sueño, pasos dados, calorías, distancias, pulsómetro), smartwatches, lentillas para la glucosa, parches, smartglasses… Todo ello hace que poco a poco las personas se preocupen más por su estado físico, ya que llevan un mayor control sobre su salud, sobre todo si son personas que sufren determinada enfermedad. Los wearables están pendientes de cosas que nosotros no podemos controlar a diario con tanta facilidad como nos gustaría, y con estos dispositivos vestibles es más fácil saber el estado de salud de una persona.

 

Pero como hemos dicho en párrafos anteriores, no sólo los wearables que llevamos a diario encima son los responsables de la longevidad de las personas, hay determinados “wearables” que ayudan al médico a mejorar, como explicó Aubrey de Grey, y habrá nuevas herramientas que ayudarán a “curar la vejez”. En otros post de este blog hemos comentado en numerosas ocasiones la infinidad de posibilidades que tienen los wearables en la medicina, lo importantes que pueden llegar a ser, cómo pueden mejorar en este campo y cómo pueden ayudar a los profesionales. En el artículo sobre “Wearable Tech: la próxima frontera” hablamos sobre Ouijiband, que anula los temblores, algo tan sencillo como eso ayuda mucho al profesional sanitario. Está claro que si un médico tiene más facilidades para realizar su trabajo podrá hacerlo con mucha más rapidez y el porcentaje de error se verá disminuido.

Los wearables y las diferentes tecnologías que empiezan a asomar, vestibles, software médico que monitoriza la salud, tecnología adaptada a la ropa que analizan grandes cantidades de datos pueden resultar un arma perfecta para hacer que la medicina del futuro sea mucho más eficaz, individualizada y, lo más importante, preventiva. Por ejemplo, las camisetas que llevan giroscopios pueden ayudar a la tercera edad para prevenir golpes, y en caso de que haya caídas, atenderlas lo más rápidamente posible. La empresa Dependentex está trabajando con colchones que detectan a la persona que está dormida, de modo que, visto de cara a un hospital, se podrán analizar diferentes tipos de pacientes incluso durante la noche sin necesidad de estar vigilándola en persona constantemente.

Por ejemplo, hace 20 años, una persona con algún problema cardíaco no podía saber su nivel de pulsaciones con tanta facilidad como ahora, o una persona con diabetes saber su nivel de glucosa en sangre sin necesidad de punciones. Si lo trasladamos a la seguridad vial, ya existen pulseras que miden el cansancio y pueden avisar al conductor cuando esté distraído o somnoliento, como hacen ya algunos coches que si notan que se desvía corrigen el fallo. Son ejemplos sencillos que nos hacen darnos cuenta de que la sociedad de la tecnología en la que vivimos ahora mismo, avanza a una velocidad vertiginosa en la que cada vez el ser humano vive más años. Y si pensamos en casos más extremos, como epidemias, gracias a estos wearables: parches, tatuajes, pulseras…, podremos saber el estado de diferentes pacientes (oxígeno, temperatura, pulso, estrés…), sin necesidad de exponer al personal sanitario.

 

En el I Congreso Nacional de Wearables y Big Data en Salud celebrado en 2014 en Madrid, diferentes médicos dieron su opinión sobre este gran cambio que se avecina no sólo en la vida cotidiana de las personas. El neurólogo Ignacio Hernández señaló que no es una moda más, sino un cambio de paradigma, “el análisis masivo de información permite que los ordenadores vean allí donde el ser humano no ve. La información médica se duplica cada cinco años y a los médicos nos cuesta cada vez más estar actualizados. El big data nos va a llevar a una medicina basada en la evidencia”

Ante esto, vemos que el cambio va a ser tan grande, que no es de extrañar que las personas comiencen a vivir más, porque la mayoría de muertes que se producen por accidentes podremos evitarlas. Sólo en Japón hay 44.000 personas que tienen más de 110 años. Imaginad cuando la tecnología avance más y se implemente completamente en la sociedad. No sería ninguna locura pensar que el humano que vivirá 1000 años tardará poco en nacer.